domingo, 5 de agosto de 2012

"Ningún disidente es un peligro
para el gobierno cubano"

Una entrevista de Pedro Schwarze

La muerte del conocido disidente cubano Oswaldo Payá, el 22 de julio, provocó un debate en el exterior sobre si había sido un accidente o un crimen. Hasta ahora, los dos extranjeros que viajaban en el auto con Payá, un español y un sueco, avalan la versión oficial del accidente. El escritor cubano Norberto Fuentes, quien en los 80 se codeó con la cúpula del régimen isleño y vive en EE.UU. desde 1994, descarta la posibilidad de un crimen, y sostiene que en todo esto el gran ganador es el gobierno de La Habana.

Los viejos buenos tiempos.
¿En algún momento pensó que esto podría ser un asesinato?
Nunca. Yo conozco ese aparato. Ese aparato mata sin problemas y donde sea. Pero ¿para qué asesinar a Payá y a Harold Cepero y dejar a los dos extranjeros vivos? Si hubiera sido planeado, ahí no sobrevivía nadie. El árbol entró hasta la mitad del auto donde estaba sentado Payá. Si lo venían persiguiendo, ¿por qué el auto no está golpeado por atrás?

¿El gobierno cubano tenía razones para matar a Oswaldo Payá?
No. Estuvo vivo por muchos años. Si pones en peligro verdadero a la Revolución, duras lo que un merengue en la puerta de un colegio. La muestra de que ninguno de los actuales disidentes es un peligro verdadero es que están vivos. Quienes han puesto en peligro ese proceso están cinco metros bajo tierra.

Tras la muerte de Payá, ¿el gobierno cubano sale ganando?
Por supuesto. En largo rato no saldrá nadie de España con dos dólares para Cuba. Se acabaron las operaciones políticas de ese tipo y esperemos el romance entre Cuba y el Partido Popular español (PP). ¿Para qué tenían que formar un lío con Payá ahora? ¿Cuál era el beneficio? Ahora la jugada esta cantada. Cuba tiene más leña para sus movidas internacionales y, cómo les gusta a ellos, todo el mundo pidiendo silencio y tratando de negociar por debajo de la mesa. El papel con tachuelas en la puerta de la Cancillería cubana dice: “Escuchamos ofertas”.

¿Pero el gobierno cubano tuvo que enfrentar una ofensiva exterior?
Lo del accidente de Payá me recuerda el caso del U2 con Gary Power (el piloto estadounidense cuyo avión fue derribado mientras realizaba un vuelo espía sobre la URSS en 1960). Se mandaron a correr y cuando se cansaron, Nikita Krushev apareció con el piloto vivo. Los españoles se embarcaron en un principio en el canto de sirena del exilio cubano, y el problema es que el exilio cubano no es cauteloso, es oportunista. Subestima a gente tan experimentada. De hecho, el exilio ya está lidiando con la nueva generación en el poder; porque lo que tiene Raúl Castro alrededor son los muchachones del relevo.

¿Tendrá consecuencias el caso de Oswaldo Payá?
El expediente Payá está cerrado. El PP tiene que bailar esa música y los suecos tienen que bailar esa música, todos tienen que bailar la música del gobierno cubano. Y el exilio cubano ha perdido a su inmejorable aliado, el PP. Eso, aparte de que ahora Cuba, con el español, tiene dos Alan Gross (norteamericano arrestado en Cuba, en 2009, y que podría ser usado en una negociación con Estados Unidos).

[Publicado en La Tercera, Santiago de Chile, jueves 2 de agosto, 2012.]

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Los “outtakes”

El siguiente material es "el crudo” —para utilizar el lenguaje de los editores de grabaciones— de la entrevista, realizada vía telefónica por Pedro Schwarze (en Santiago de Chile) con Norberto Fuentes (en Coral Gables, Florida, EEUU), la tarde del miércoles 1 de agosto.

Empezamos…

"Los españoles —del diario ABC, por ejemplo— se embarcaron con el canto de sirena del exilio cubano. El problema es que el exilio cubano no es cauteloso. Cuando se tiene a un enemigo tan experimentado, como el gobierno cubano, se está obligado a ser cauteloso, porque son gente de mucha experiencia, no solamente de la experiencia de ellos, sino la experiencia histórica".

"En el exilio cubano no son cautelosos porque son oportunistas y creen que tienen la verdad. Entonces le confieren al gobierno cubano la habilidad suprema de provocar ese accidente —que desde ese punto de vista de su lógica parece perfecto, ejemplar, porque deja muertos a los dos cubanos disidentes y vivos a los extranjeros— y lo subestiman, porque dos minutos después, al denunciar que se trató de un asesinato, se quedan en el aire, porque no pueden concederle a ese mismo cerebro extraordinario que diseñó ese crimen la habilidad de la propaganda, de cómo manejar los asuntos después. Y se llega al extremo, como al que ha llegado el diario El Nuevo Herald, de llamar a las armas en sus columnas de opinión, lo cual es una vergüenza".

Gary Francis Power en un aeródromo secreto de Pakistán.
"Ellos (el gobierno cubano) tienen toda la información. La tenían ahí. Saben de dónde vienes, cuándo vienes, quién eres. Todo lo saben. Desde Suecia. Desde Madrid. Pero además ya le buscaron sustituto a la noticia de Payá con la información del supuesto arresto del ayudante personal del hijo de Raúl Castro, por ser agente de la CIA. Ya hay un nuevo escándalo, todavía superior. Cuando tu coges un hombre de ese nivel —suponiendo que esta noticia sea cierta—, el cordel que les da es de pinga, si es que no lo reclutaste, que es lo más seguro que pasó, porque él sabe que eso, en lo que lo agarraron, es paredón. Nace entonces lo que se llama un 'juego operativo': lo llevan hasta donde ellos quieren. Es una nueva novela, Cuba no sale de la noticia. Toda la información que ese muchacho dio a la CIA es falsa. Es lo que ocurre by the book cuando tu detectas un agente CIA. Primero lo detectas y acto seguido lo reclutas. Eso también lo sabe la CIA, por supuesto. El problema es determinar cuando el enemigo comenzó a enviar información falsa. ¿Paredón? ¿Tan facilito? Oye, ahí fusilaron a Arnaldo Ochoa y a Antonio de la Guardia Font. Esa gente no cree en nadie".

Miami, el domingo 29 de julio de 2012.
"Lo más importante es que el exilio cubano ya está lidiando con la nueva generación en el poder, porque lo que tiene Raúl Castro alrededor son los muchachones de relevo, ya están lidiando con otro gobierno. Y aquí (Miami) siguen con el mismo viejo método, y cuando la gente no les hace caso arremeten contra todo el mundo. Han perdido a sus mejores aliados, ahora el PP, y lo único que está pidiendo el PP es: 'Caballero, veamos como resolvemos esto. Nosotros estamos haciendo lo que ustedes querían, pero ahora tenemos un españolito que está preso ahí, en Villa Marista'. Dicen que hasta Supermán si tu lo coges y lo metes allí, llora. No hace falta kriptonita. Nada más lo metes ahí".

"Calculan mal. El gran problema del exilio cubano, y lo digo con un sentimiento de lástima y de pena, es la manera en que subestiman a gente tan experimentada. Que esos sí no subestiman a nadie, porque sabe Dios cuándo a algún contrarrevolucionario se le puede ocurrir algo inteligente. No puedes subestimar nunca a tu enemigo, a tu adversario. Te imaginas unos tipos que se fueron de Cuba —que no lograron ni cojones en Cuba, llegan aquí, se inventan una nueva vida, un nuevo pasado, y viven a base de mentiras—, y se muere Payá y un segundo después proclaman el asesinato, y por ahí se manda todo el mundo".

"Aquí hay una manipulación de la información, descarada. El titular del Herald de hoy es que la viuda de Payá no va a aceptar ponerle una demanda al español, y adentro dice que la mujer dice que esto ha causado mucho dolor, que ella no quiere que otros pasen el dolor que ella está viviendo. Ni palabra que fue o no un accidente. En mi opinión, a esa señora ya la fueron a visitar, si no los cubanos, los mismos españoles, para que no siga más".

"Con quien estaba enfrentado Payá últimamente era con el cardenal Jaime Ortega (por la actuación de Ortega en el último tiempo, en su relación con el gobierno cubano). Pero el cardenal aprendió la lección y encabezó el funeral de Payá".

"Dios intervino y produjo ese accidente perfecto. Después sí actuó la Seguridad del Estado. Automáticamente que Dios puso su mano sobre esta casualidad, intervino la Seguridad del Estado. O sea la Seguridad del Estado cambió la orientación de su trabajo sobre estas personas. Porque Payá y los otros no iban para Santiago de Cuba sin que estuvieran controlados, sin que se supiera por lo menos. Ahí no se mueve nada que la Seguridad no lo sepa".

"Para quien son un problema los disidentes es para el gobierno norteamericano. Lo que Washington no quiere es dispersión y descontrol. Desde el año 61 que no querían esos otros guerrilleros contrarrevolucionarios, porque 'todos estos son comunistas también'. No quieren esos grupos contrarrevolucionarios independientes. ¿Qué les hizo la CIA a los independientes, demócratas, católicos, o procedentes del 26 de Julio? Los abandonaron o incluso los metieron presos y estuvieron presos hasta después de Playa Girón. El gobierno norteamericano quiere hablar con el gobierno cubano, con un gobierno central, que tenga la situación bajo control, y que no dejen salir balseros. Washington está de acuerdo que todo sea poco a poco. No quieren líos en Cuba".

"¿A quién le quiere hacer la gracia el exilio, a quién le pretenden vender esto de la rebelión y las acciones armadas y violentas que reclama El Nuevo Herald? Un combate al que ellos no van a ir. Y cuando hablo de exilio hablo de estas cabecitas locas y oportunistas. El Nuevo Herald se edita para una finca, una finca que hay aquí en el sur de la Florida. Un periódico escrito por peones de los dueños de la finca. Esa gente quiere insertarse en un contexto que les queda grande. Han convertido la muerte de Payá en una oportunidad de hacer el ridículo y de buscarse nuevos enemigos. Y ahora ¿para que llaman al combate? ¿Para poner en el poder a quién? ¿A Carlos Alberto Montaner, a Lincoln Díaz-Balart? ¡Por favor…!".

¿Ha cambiado la mano hacia los disidentes, de Fidel a Raúl?
"Fidel hace otras cosas. Mete 75 presos. Hace espectáculo. Raúl es otra forma. Es la moderación: 'Sí, habla ahí, escribe tus boberías, pero el día que te coja…'. Con Fidel era: 'Coño, metiste la pata, por culpa tuya se murieron 12 mil vacas, ¡¡¡descojónenlo!!!' Y a los dos años estás de embajador en Roma. Fidel era tan grande, tan magnífico, que era hasta buena gente. Le jodía bajarte el brazo y meterte un sopapo. Este otro, chiquitito, chinito: 'No, no, no. Esa pared es verde'. 'Pero, mire, Raúl'. 'Esa pared es verde. Y estas son las leyes'. Y, desde luego, la pared es verde. El quiere tener un país con leyes. El gran enemigo de Fidel Castro eran sus propias leyes y de ahí aquello que las leyes eran para los contrarrevolucionarios, mientras todos lo demás éramos un atado de criaturas enloquecidas, haciendo lo que nos saliera de los cojones, hasta que lo pusiéramos en peligro a él, o si no le convenía algo. Pero Raúl quiere tener un país con leyes, con municipios, con tribunales, con abogados. De algún modo es el triunfo del viejo Partido Socialista Popular. Por fin ganó. Claro, con una inyección de la enorme, extraordinaria sabiduría de Fidel Castro".